Ju-Jitsu es un antiguo arte marcial japonés. Sus orígenes se remontan al siglo XVI, cuando cuenta la leyenda que Shirobei Akiyama fue testigo de cómo las ramas de la mayoría de los árboles se rompían durante una tormenta de nieve, mientras que las ramas más elásticas del sauce se doblaban y se liberaban eficientemente de la nieve.
Así, el “Arte Suave” o “Arte de la Flexibilidad” (este es el significado del ju-jitsu en japonés) no neutraliza el poder con poder sino que apunta a absorber racionalmente un ataque y convertir esa energía en detrimento del propio oponente. Por eso está diseñado para defenderte con una reacción flexible ante la violencia.
La época dorada del ju-jitsu se prolongó hasta 1869, fecha en la que el regreso del emperador a Japón y la posterior abolición del feudalismo hicieron que los samuráis perdieran su estatus privilegiado. Sin embargo, la tradición samurái mantuvo vivo el ju-jitsu y los viajeros llevaron el arte a los cuatro rincones del mundo.
Desde Japón se extendió por todo el mundo y se desarrolló como deporte, prevención de la violencia y defensa personal moderna. Muchas unidades policiales y militares practican Ju-Jitsu.
En años más recientes, la esencia de otras artes marciales, como el judo y el aikido, se ha desarrollado a partir del ju-jitsu, extrayendo aspectos específicos de su antecesor arte marcial.